martes, 15 de noviembre de 2011

Carta a los estudiantes, académicos, organizaciones sociales y público en general:

El responder a los cuestionamientos que nos da la vida, es poder ser más humanos y más críticos con lo que nos rodea y, por supuesto, con lo que nos afecta. Nuestra condición de seres humanos conscientes y que tienen una relación importante con lo cotidiano es la base de esta carta, el sentirnos más humanos y más sensibles a las consecuencias del sistema capitalista moderno, porque nos sentimos marginados del sistema y cuestionados en
nuestro accionar cotidiano, porque nos sentimos apartados de una geografía que no nos representa y porque no nos sentimos escuchados, pero no por eso menos humanos y con menos ganas de avanzar en este camino.
         Como Centro de Estudios Territoriales y Sociales, es muy difícil poder entregar fórmulas o dar a conocer nuestro cuestionamiento respecto a la geografía, y creemos en este pequeño camino que estamos trazando, que nuestra única forma de criticar es con trabajo activo y práctica cotidiana con nuestro pueblo.
Las condiciones en las que nos encontramos actualmente son adversas, ya que el desafío es construir en un sistema que no consideramos correcto, en relación al modo del cómo se han tratado las problemáticas territoriales, y por la falta de certeza en las decisiones que se establecen, ya que muchas veces, aquellos que tienen la facultad y el poder de hacerlo, no les importa el bienestar social colectivo y desconocen la realidad de aquellos que se encuentran marginados. Ante estas situaciones, persistimos con nuestras ideas claras y cada día fortaleciéndolas más, aceptando el desafío de lograr un cambio de manera colectiva y reflexiva.
         Otra de las misiones que nos hemos propuesto - para lograr un cambio real -, es lo que se refiere al  entendimiento del espacio, ya que se nos enseña como un objeto que le es ajeno al sujeto y a la sociedad en su conjunto. Se plantea también como “algo” estático, neutro, sin sentimientos y donde habita una población que sólo es mirada como un número. Creemos que esto debe ser distinto, que se debe comenzar a poner en valor, y ver el espacio dónde el sujeto y sus acciones son las responsables de dar vida a esa construcción espacial - ya que es dinámico  y  tiene un componente cultural y sentimental importante - lo que sin lugar a dudas, es lo que debemos seguir valorizando.
Avanzar en el trabajo que se realiza por las necesidades que tiene nuestra gente, es avanzar con el oprimido en todo ámbito: en lo político, cultural, social y ambiental, sin excluir de ninguna forma a quienes quieren construir en este camino. Y nos sentimos parte de eso, ya que varios de los que conformamos este centro de estudios, provenimos de lugares periféricos y hemos vivido la marginalidad en carne propia, por lo que no podemos estar ajenos a esta realidad, ya que forma parte de nuestras historias personales y es en parte por eso, que el compromiso se intensifica. Ante esto, cabe preguntarse, ¿de qué lado estaremos, del sujeto que viene de un sector popular o del opresor que nos margina día a día? Creemos que la respuesta es clara y es hacia donde apunta nuestro trabajo colectivo.
Creemos que es indispensable poner en valor el conocimiento popular, el que nace en los barrios, desde las necesidades y desde la experiencia. Vemos en esta forma de construcción de poder popular, una verdadera instancia de transformación de los territorios, pues cuando el conocimiento es horizontal, el lenguaje se torna crítico, consciente y la construcción se hace desde todos y para todos.
En el sistema capitalista actual, la comprensión y luego las decisiones que acaecen en diversos temas, se construye a partir de elementos externos -posibilitado por los distintos medios de comunicación – causando un desplazamiento del conocimiento popular y cultural de nuestro pueblo, existiendo una imposición de la cultura “de afuera” y donde la cultura popular no encaja con lo que dice la elite. Es así, como desde la geografía - y otras disciplinas que están en esta lucha - encontramos un arma en respuesta a estas desigualdades, viéndola como una herramienta que permite articular distintos elementos, siendo trascendental la educación como pilar de cambio, donde se observa y se trabaja la conciencia de clase, vista esta última como la única forma de ver otros espacios, los llamados “espacios de esperanza”, y con esto poder generar un cambio, no tan sólo desde la disciplina, sino también, un cambio radical para la sociedad más desfavorecida. Hay que romper los parámetros, a crecer desde lo nuestro, mirar hacia adentro, mirarnos los unos con los otros, a nuestra gente, crecer en colectivo y dejar el individualismo afuera.
Nuestro deber como centro de estudios, es seguir trabajando para lograr cambiar esa degeneración de la geografía al interior de las escuelas chilenas, en las cuales se muestra como una disciplina que apunta a controlar el espacio desde arriba, en lugar de crecer en el espacio mismo desde lo local.
La Universidad de Playa Ancha y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso- a las cuales pertenecemos los integrantes de nuestro colectivo - ven la geografía en pos del sistema, ante lo cual, como individuos y como centro de estudios resistimos a esos planteamientos de forma colectiva y organizada, con una visión distinta a la cual algunos fuimos formados en nuestras aulas. Tenemos claridad que nuestro compromiso debe apuntar a seguir generando  redes de trabajo, seguir organizándonos,  para lograr un proyecto de cambio para un mejor mañana.
La universidad es tan solo una etapa que debe superarse para mirar más  allá, mirarnos como profesionales y actores sociales capaces de generar cambio, con una fuerte consciencia de clase, por lo tanto, es importante preguntarnos como aportamos día a día desde la geografía para el desarrollo de la gente que habita el territorio,  y no a favor de los que tienen el poder económico  y ven nuestras problemáticas desde afuera, sin realmente comprenderlas.
Para finalizar, debemos preguntarnos en esta jornada, ¿cómo podemos hacer un cambio para nuestra gente?, ¿cómo construimos una geografía distinta, fuera de la copia y el calco que nos han enseñado desde la escuela? El camino es largo y difícil, pero debemos salir de ese adoctrinamiento, de esas cadenas que nos limitan para ver una geografía en lo cotidiano, en lo histórico, sin restricciones, siendo todos uno, de una clase, de esa clase que lucha y quiere cambios profundos.

Atte. Centro de Estudio Territoriales y Sociales (C.E.T.SO)
Valparaíso, Noviembre 2011

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